Atorados en un Arrecife,
Marc:
Nos atoramos en un arrecife... son solo rayones en la quilla y el timón.
Salimos a dar la vuelta a la isla y fondeamos en una bahía del lado sur oeste de Malolo Island del grupo de las Mamanuca, el viento estaba del NW, cenamos rico y después de un par de horas de lluvia el viento rolo al SE, 15 - 18 nudos. Al rolar el viento nuestro fondo debajo del Iataia era de
¿Cuanto iba a subir el viento? no lo sé,
¿Era solo el torito? no lo sé, de esto no venia nada en la meteo.
Así que la decisión fue de sacar el ancla y regresar a
Nadé a ver los daños, y solo fue cosmético, solo encontré rayones en la quilla, nada de fisuras entre la base de la quilla y el casco y en el timón también hay rayones y un pedacito de fibra que se cayó. El casco nunca toco el arrecife.
Todos, bien, adrenalina a todo... tequila para aflojar el cuerpo y respirar, que hacia 40 minutos que no lo hacíamos...
Lo más impresionante fue como reaccionamos todos, el buen equipo que hicimos para salir adelante... Todos en el mismo canal para salir del problema.
Que feo se siente el Iataia sobre una piedra!!! Se te cae el mundo!!!
Por lo que vi, no es necesario hacer reparaciones aquí, todo puede esperar hasta Australia.
marc.
P.d. Una panga nos dijo que hay tres clases de velerista,
1. Los ya que pegaron en un arrecife,
2. los que van a pegar en un arrecife,
3. Y los mentirosos...
Aline:
Miércoles 12 de septiembre
Decide el capitán regresar a musquet cove, para fondear en lugar seguro. Ya es de noche. Regresamos usando el recorrido de ida que guardaron los instrumentos de navegacion. Solo son
Aun temblando, sentimos el alivio. Un dingui le propone al capitán de llevar el barco a lugar seguro para anclar. Ya anclado el capitán baja a revisar los daños. No hay fisuras, no hay nada averiado. Solo rayones sobre el timón y la quilla.
Daniela:
Estoy tratando de pensar en una situaron en donde haya pasado mas miedo que en estos cuarenta minutos de mi vida, el miedo, el pavor que se mete hasta los huesos y que solo por el shot de adrenalina te deja seguir funcionando. Es increíble, la sobre vivencia llega, te agarra, no te suelta, no te da ni un solo respiro hasta que estas fuera del peligro, no es que nuestra vida estuviera en riesgo pero si el barco, hoy día, nuestra casa, nuestro techo y nuestro sustento.
Fondeamos en un lugar maravilloso, una bahía virgen de paisaje árido, calor estremecedor, a nuestro alrededor el agua transparente dejaba ver los arrecifes que rodeaban el barco, planeamos una gran excursión a esnorquelar en la mañana y preparamos el barco para pasar una noche de ensueño en este magnifico lugar, pues bueno todo suena como un paraíso, si, lo fue, pero después el viento subió provocando que el ancla garreara, sabiendo todos los arrecifes que circundaban el barco decidimos seguir la ruta marcada en nuestro GPS, con la cual habíamos navegado esa mañana y así, regresar a un fondeadero seguro, velamos de noche con la bóveda celeste mostrándonos su mejor cara y con toda tranquilidad llegamos al lugar donde habíamos ya pasado cuatro noches fondeados.
La marina de Musket Cove, probé a los barcos con bollas para fondear en un lugar pequeño, repleto de barcos y rodeado por arrecifes, con la garantía de que al estar amarrado a un muerto el ancla no se garrea, dando la oportunidad de una noche tranquila.
En este laberinto de bollas, barcos, arrecifes iluminados solo por las estrellas en el cielo negro de la noche, estábamos buscando un lugar donde también nosotros pudiéramos pasar una noche sin percances, pero no, los percances nos dieron alcance y nos pusieron un arrecife bajo la quilla, el barco se quedo atorado, no había para donde, la luz de la linterna solo dejaba ver un pequeño haz luz iluminando rocas, piedras, arrecifes, mas rocas, la marea comenzó a bajar a una velocidad espeluznante, como si le tomaran el tiempo y fuera necesario batir el record, el barco continúa atorado, ahora no solo la quilla sino también el timón, crujiendo haciendo ruidos que semejaban gritos, se nos ocurrió subir las velas para escorar el barco y ayudare al motor que no tenia la suficiente fuerza para sacarnos de las rocas, nada, no pasaba nada, el agua al borde del barco seguía subiendo, las cosas volando adentro, había que cerrar escotillas, amarrar las gavetas, pensar, hacer, reaccionar, no gritar, negociar con nuestro inconciente, poner una barrera para que le pánico no se adueñara de nosotros, subiendo drizas, izando las velas no sin antes quitar la funda de la mayor y la hamaca que aun colgaba de la genovesa.
El canal 16, emergencia, la radio, AYUDA…. Todas la pangas con motor…por favor ayuda, no lo estamos logrando, el barco se va ha quedar montado sobre el arrecife a pasar la noche si o nos damos prisa, por favor ayuda….
El mar se lleno de pequeñas luces, caras conocidas y desconocidas que le daban mando a pequeñas embarcaciones para jalarnos, empujarnos, escorando el barco con las drizas, no se cuanto tiempo paso, pedimos al cielo a dios y a las estrellas, hicimos nuestro máximo esfuerzo y luchamos contra las fuerzas de la naturaleza, en el barco no hubo un solo grito, aunque todos lo tuviéramos atorado dentro de nosotros, el grito no salio, tampoco las lagrimas, ni el susto, siguieron empujando, con el barco escorado al máximo y las vela portando de pronto salimos como un tapón de corcho, aplausos, victorias, alegría llanto y todo el miedo atorado salieron desde muy dentro, ahora a bajar velas a toda velocidad para no chocar con los barcos vecinos, esto nos tomo menos tiempo que un abrir y cerrar de ojos, nuestros rescatistas nos guiaron a un lugar seguro, por fortuna el barco no sufrió daños graves, afortunadamente solo daños cosméticos, mientras nosotros perdimos años de vida, creo que hasta canas nos salieron.
Ya a salvo el barco, reflexionamos, lloramos, reímos, también reaprendimos que la hermandad en el mar existe, tal vez también en la tierra, la ayuda prevalece, se brinda y se recibe.
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