En nuestra vida de nómadas, siempre viajando, navegando y viviendo en distintos lugares del mundo, ahora hemos tenido la suerte de parar en un lugar magnífico, en lo más alto de la montaña, sobre las nubes.
Cada amanecer un mar de nubes se pinta de colores bajo nosotros, dando a este hermoso lugar un toque mágico, lleno de luz, el paisaje es distinto cada segundo dejando que la imaginación cree islas, montañas, castillos y ciudades, donde en realidad solo hay nubes y abajo muy abajo la ciudad de las palmas de Gran Canaria, estos mágicos amaneceres hacen a este lugar un espacio único. Conforme el sol calienta y las horas del día avanzan comienza a abrirse ese mágico mundo imaginario y nos deja ver el contorno de la isla, sus pueblos y ciudades.
Este paraíso arriba de las nubes, llamado el montañon negro, es un espacio vivo, Rodeado de rocas volcánicas que cuentan la historia de los años, invadido de bosques de pino altísimos que al dejar caer sus hojas pintan con ramitas de distintos tontos los caminos, montones de árboles de castaña, manzana y pera que con sus frutos le dan sabor a la tierra, vistas mágicas y únicas donde se puede soñar, ademas la vida misma se refleja en la hortaliza orgánica donde se plantan y cosechan las verduras de temporada. Aquí la vida cobra sentido, la fuerza que brinda la naturaleza se contagia dando a quienes la visitan armonía paz y tranquilidad.
El espacio verde que ha inundado nuestros ojos nos ha llenado de creatividad y a lo largo de estas tres semanas hemos desarrollado todo tipo de pequeños proyectos de arte, así como también ha ampliado el paladar de los niños que al plantar y cosechar lo que se comen han aprendido a disfrutar más sus alimentos.
Estamos plenamente agradecidos por esta experiencia, por la fuerza y la inspiración que nos ha brindado el contacto con la naturaleza, la serenidad se respira e inspira y con esto hemos cargado las pilas para seguir adelante con nuestro sueño de circunnavegar el mundo, conociendo, reconociendo e inventando nuevos parajes.
Mientras nos llenamos los ojos de verde, el RUSALKA y Marc pasaron sus días en el astillero, trabajando y poniéndose listos para esta nueva etapa rumbo a Brazil. Gracias de corazón a Juan Massieu por dejarnos vivir en este pequeño gran paraíso y gracias a la isla de Gran Canarias por su increíble paisaje, gente sonriente y su incomparable hospitalidad.
De nuevo al mar, RUSALKA acompañada de Uma, Pali, Marc, Daniela y los integrantes del proyecto Clipperton.
Gracias a The Clipperton Project por darnos la oportunidad de participar juntos en este increíble proyecto de descubrimiento.
Cada amanecer un mar de nubes se pinta de colores bajo nosotros, dando a este hermoso lugar un toque mágico, lleno de luz, el paisaje es distinto cada segundo dejando que la imaginación cree islas, montañas, castillos y ciudades, donde en realidad solo hay nubes y abajo muy abajo la ciudad de las palmas de Gran Canaria, estos mágicos amaneceres hacen a este lugar un espacio único. Conforme el sol calienta y las horas del día avanzan comienza a abrirse ese mágico mundo imaginario y nos deja ver el contorno de la isla, sus pueblos y ciudades.
Este paraíso arriba de las nubes, llamado el montañon negro, es un espacio vivo, Rodeado de rocas volcánicas que cuentan la historia de los años, invadido de bosques de pino altísimos que al dejar caer sus hojas pintan con ramitas de distintos tontos los caminos, montones de árboles de castaña, manzana y pera que con sus frutos le dan sabor a la tierra, vistas mágicas y únicas donde se puede soñar, ademas la vida misma se refleja en la hortaliza orgánica donde se plantan y cosechan las verduras de temporada. Aquí la vida cobra sentido, la fuerza que brinda la naturaleza se contagia dando a quienes la visitan armonía paz y tranquilidad.
El espacio verde que ha inundado nuestros ojos nos ha llenado de creatividad y a lo largo de estas tres semanas hemos desarrollado todo tipo de pequeños proyectos de arte, así como también ha ampliado el paladar de los niños que al plantar y cosechar lo que se comen han aprendido a disfrutar más sus alimentos.
Estamos plenamente agradecidos por esta experiencia, por la fuerza y la inspiración que nos ha brindado el contacto con la naturaleza, la serenidad se respira e inspira y con esto hemos cargado las pilas para seguir adelante con nuestro sueño de circunnavegar el mundo, conociendo, reconociendo e inventando nuevos parajes.
Mientras nos llenamos los ojos de verde, el RUSALKA y Marc pasaron sus días en el astillero, trabajando y poniéndose listos para esta nueva etapa rumbo a Brazil. Gracias de corazón a Juan Massieu por dejarnos vivir en este pequeño gran paraíso y gracias a la isla de Gran Canarias por su increíble paisaje, gente sonriente y su incomparable hospitalidad.
De nuevo al mar, RUSALKA acompañada de Uma, Pali, Marc, Daniela y los integrantes del proyecto Clipperton.
Gracias a The Clipperton Project por darnos la oportunidad de participar juntos en este increíble proyecto de descubrimiento.
familia rusalka.
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