jueves, 6 de diciembre de 2012
En medio del Atlantico
JUEVES 6 DE DICIEMBRE 2012 CRUZANDO EL ATLANTICO, 22º28`N 42º03.5`W NOVENO DIA DE MAR. Hoy dos días después de haber cruzado la mitad del atlántico decidimos echarnos un clavado en la inmensidad azul, la propuesta se puso a votación, por mayoría de votos se bajaron velas se y se paró el barco, ¡a nadar! Un curioso animal grande decido asomar la cabeza para hacernos participes de su existencia, cuando ya un tercio de la tripulación estaba en el agua, una ballena de unos 5 o 6 metros nos rondaba con sorpresa, se acercaba y se alejaba observándonos, todos dimos un salto al agua, unos más tiempo que otros, nos estiramos, nos movimos un poco en ella, disfrutamos de estar frescos y claramente el de estar limpios, la ballena la vimos desde el barco casi todos y alguno que otro afortunado lograron verla desde el agua nadando junto con ella en su propio hábitat. Llevamos 9 días de mar, 1600 millas náuticas de canarias y 1100 millas náuticas de Santa Lucia, por primera vez desde que zarpamos vimos un barco pasar cerca de nosotros, a distancia sus pequeñas velas blancas diferenciaban el azul del mar y del cielo dándole presencia a la línea del horizonte, hoy con poco viento poca ola y finalmente calorcito el barco volvió a la vida, los primeros días los pasamos con mucho viento, ola bastante revuelta y frio, adaptándonos un poco cada día al movimiento del barco, al ritmo de vida con guardias, a las noches a medio dormir y al estar todos juntos compartiendo esta experiencia, observando el mar, calculando el rumbo y las millas recorridas cada día, las millas faltantes por recorrer, nuestra posición con respecto a los demás barcos de la flota y la meteorología que amenazaba con traernos un frente frio, la estrategia a seguir dependía de cómo tomaríamos el mal tiempo que habría que cruzar. Lo hemos dejado atrás, los fuertes vientos, las lluvias intensas los cielos nublados y grises, están a nuestras espaldas, ceñimos más o menos 12 horas, el barco se mojo tanto como todos sus tripulantes vestidos con sus trajes de tormenta timoneando y ajustando velas. Paso, ufffff, El barco sin sal y con las ventanillas todas abiertas dejando que el viento circulara con libertad por todos sus rincones, trajo sonrisas, aire seco, sabanas limpias y un buen día de gozo generalizado, con el cielo azul navegamos a una velocidad de 8 nudos con poca ola y viento, disfrutando de un atardecer maravillosos y contentos de estar aquí. Gracias a todos los tripulantes del Rusalka por hacer posible esta gran experiencia, a mis hijos por adaptarse mejor que cualquier adulto, a Marc por ser un gran capitán, a Emy y a Leo por su grandísima ayuda y claramente a Paco, Lalo, Patricio, Erwin y a mi papá por ayudarnos a hacer este sueño una realidad. Un beso a todos desde la inmensidad azul Daniela
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