Panteleria y las islas Pelagie, Lampione Lampedusa y Linosa.
Navegamos rodeando Sicilia, paramos en las Islas Eolias, en las Egadi, en su costa y nos adentramos en los mares del canal de Sicilia, para conocer a las islas olvidadas del Mediterráneo.
Fondeados en el centro de un cráter, cala Pozzolana, Linosa, con un paisaje de piedra que pasa del amarillo ocre al rojo quemado, enmarcado por dos ríos de lava y una playa de finísima arena color negro azabache. A escasos metros de la virgen sumergida que carga a su niño en brazos, asomando su reflejo en la superficie del agua, y a lo lejos las cúpulas de las típicos Damusos, (casas de piedra volcánica y techos blancos abovedados). Se despide el sol que nos dio luz durante el dia, haciendo mas presente y tangible la diversidad de colores, reflejando el mar con sus nubes de un color rojo tardío, dejando al descubierto pedazos sueltos de azul que se confunden entre el mar y el cielo, esta increíble escenografía que tenemos frente a nosotros nos cuenta la historia de estas cuatro prisioneras de la memoria. Todas ellas al centro, entre el Norte, el Sur, el Este y el Oeste, abajo, mucho mas abajo que Sicilia, situadas ya en la placa continental Africana.
Pantelleria
La que fue conocida como la hija del viento por los árabes, o isla de la fertilidad por los fenicios y por algunos otros como la perla negra del mediterráneo, una isla volcánica, la quinta isla mas grande de las italianas, siempre con viento, cielos azules, un mar espectacular y una grata sorpresa en su interior. La tierra es muy fértil, llena de vides de uva Zibibbo (con las cuales se produce el riquísimo vino dulce Passito o Moscato), de árboles frutales, de alcaparras y lenteja, sus Damusos, que se confunden con el terreno vacío, sus jardines redondos de piedra, (donde crecen los árboles frutales al refugio del viento, en un microclima creado por este espacio circular). Su paisaje, de un verde intenso de cultivos, un negro penetrante de la roca volcánica y el azul resplandeciente del mar. Ha sido habitada desde siempre, peleada por todos y haciendo afortunados a los que han tenido la oportunidad de pisar sus tierras.
Lampedusa
Una noche de viento y redescubrimos a la mítica hija del sol, Lampethusa, la realidad le hace justicia a la mitologia y atracamos en el puerto de Lampedusa que hierve con el calor de su padre. Un pedazo de tierra calcárea plana y extensa, donde se refleja el sol, dando un tono azul turquesa al mar que la rodea, clareando sus magnificas playas de arena blanca e iluminando a sus altísimos acantilados de piedra color arena.
Elevamos ancla para llegar a la mas pequena, la magica Linosa. Casa de la tortuga Careta Careta , con poca gente, pocos barcos, y desconocida por muchos, amada por quienes la visitan y la viven: llena de colores, sabores y sonrisas. Fondeamos en sus cráteres hundidos, la vivimos y nos dejamos inundar por su magia que nos invita a permanecer en ella mas de lo planeado, y como siempre nos es duro despedirse de los lugares que llenan el corazón.
El Rusalka navegara de nuevo rumbo a las islas Eolias al Norte de Sicilia , rodeando esta vez la costa sur, parando en los bellísimos puertos de Siracusa y Taormina.
Daniela